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MIS QUINCE AÑOS EN PANDEMIA

 

María Camila Durán Ocampo

Estudiante del grado 906

 

Sin duda alguna, una de las grandes catástrofes de este año ha sido la expansión del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19. Su peligrosidad es tal que la Organización Mundial de la Salud lo declaró “enemigo de la humanidad”.

 

El fácil contagio del virus paralizó al mundo. Los países se vieron obligados a cerrar sus fronteras, dejaron de funcionar aeropuertos, empresas, escuelas y universidades, mientras que las personas deben permanecer confinadas en sus hogares para evitar ser una víctima más.

 

Esta pandemia ha traído muchísimas tragedias como la historia que me sucedió que es esta:

 

Antes de esta pandemia éramos una comunidad feliz sin alguna preocupación severa, mi mamá llamada Angélica, hace dos meses antes de que empezará la pandemia había renunciado a su trabajo que era muy agotador, muy humillante, pero con buena paga. Angélica trabajaba muy duro para poder reunir plata para la fiesta de su hija de 15 años, o sea yo, Camila, sueño que tenía hace dos años, tener una gran fiesta con decoración temática de polar, tener su vestido plateado y brillante, bailar el vals, hacer el cambio de tenis a tacón etc. Una gran fiesta donde yo iba a iluminar en las luces del gran salón que iba a tener. Al renunciar, mi mamá pasó muchas hojas de vida y al mes la llamaron para trabajar en Transmilenio. Antes del día de ir a firmar el contrato empezó esta pandemia y ahí trajo la consecuencia de que mi mamá no pudo trabajar en Transmilenio. Al entrar en esta situación del covid-19, teníamos la esperanza de que pudiéramos hacer la gran fiesta, y al pasar de los días que seguíamos en cuarentena, se nos iba más la ilusión de poder hacerla.

 

Este covid-19 ha traído muchas tragedias, muchísimas muertes, arruino muchos, tan solo imaginarse que personas de la desesperación de no poder conseguir trabajo con esta pandemia se suicidaron y dejaron a sus hijos o familiares solos... Gracias a todo esto, todos pudimos aprender a respetar más la vida, a estar unidos e incluso a cuidad nuestro planeta.

 

Llego el día de mis 15, el 8 de Agosto, y no se pudo hacer esta gran fiesta... Muy triste para mi mamá y para mí, ese día pensé que la iba a pasar triste, pero a pesar de todo esto mi mamá Angélica, mi padrastro y mi hermana me despertaron con un rico desayuno y con música, me felicitaron muchas personas y pudimos reunirnos con familiares y amigos usando las precauciones de seguridad, y estuve muy feliz, estuve súper regalada me trajeron mariachis y al siguiente día me fui a ver con mi papá y me llevó orquesta y la pasamos súper bien.

 

Yo sé que no fue lo que esperaba en mi fiesta soñada, pero a pesar de todo, la pasé con los que más amo, estuve súper bien y sé que muchas niñas pasaron por lo mismo, pero si Dios quiere que pase esto rápido podré hacer mi fiesta de 16 y las personas entenderán. Igual estoy muy feliz por tener salud y tener cerca las personas que amo. Ojalá pase todo esto pronto y cuando esté más adulta podre decir: “Mis quince fueron en una pandemia”.

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