¿LA ANARQUÍA SE APODERÓ DE COLOMBIA?
Jorge Adrián Rodríguez
Docente de Ciencias Políticas y Económicas - JM
Al recordar los últimos meses de 2019 y lo transcurrido en 2020, usted, querido lector, ha sido testigo de un aumento en las protestas y otras expresiones de descontento popular. Las exigencias de justicia social de las masas nacen por dos motivos: primero, por unas condiciones de vida inequitativas para los diferentes grupos sociales; segundo, por el mantenimiento de esas estructuras por parte de los grandes poderes económicos y políticos. Hay quienes tienen lo suficiente para sobrellevar las crisis, otros ven con desespero cómo las oportunidades se agotan y ante la indiferencia del Estado no hay más alternativa que hacerse sentir, porque los medios no los visibilizan, porque los líderes sociales son vilmente masacrados y porque las redes sociales son inmediatistas, sin memoria.
En medio de los desmanes comúnmente se ve un puñado de encapuchados airados, gritando arengas y lanzando piedra a un pelotón de policías armados (también pobres), que los contienen o los enfrentan. Madrazo va, bolillazo viene, unos corren, los otros acechan; cuando los medios de comunicación aparecen, dejan de lado el motivo de la protesta y se centran en visibilizar los daños materiales y afirman: “en Bogotá reina la anarquía”.
Invitamos a dos estudiantes de la clase de Economía y Política de la jornada mañana para que nos aporten sus apreciaciones sobre el uso del término anarquía, así, apreciado lector, usted podrá reflexionar sobre algo que pasa desapercibido.
LO QUE PODRÍAMOS SER VS LO QUE SOMOS
Laura Valentina Valbuena Nieves
Estudiante del grado 1006
La anarquía es una doctrina política que predica la nulidad o supresión de toda ley y autoridad, porque argumenta como innecesario controlar a las personas. Representa uno de los movimientos que ha tomado fuerza con la revolución industrial y el imperialismo del siglo XIX, de la mano con el afianzamiento de la izquierda política. A propósito, en el caso de Colombia, los grandes referentes de los proyectos sociales de izquierda en diferentes momentos han convocado a las personas a la
desobediencia civil.
Para el anarquismo, la libertad y la autonomía son valores superiores a cualquier cosa, puesto que significa ausencia de gobernantes. De ahí que, para los verdaderos anarquistas, la libertad es sinónimo de responsabilidad y autogobierno. Esta doctrina política defiende 100% la educación y el conocimiento, ya que, como jóvenes, y principalmente como estudiantes el conocimiento es el arma más letal que tenemos para luchar. La principal ideología de la anarquía es que nadie es más que nadie, todos somos iguales, además no existen clases sociales, no hay ricos ni pobres.
Si reflexionamos sobre Colombia, en este momento la palabra igualdad no existe, ya que somos gobernados por la oligarquía. Sólo basta mirar por tu ventana y ver cómo cada segundo la autoridad abusa del poder que se les da, o simplemente mirar tu celular para darte cuenta de las injusticias que ocurren día a día. Es insólito que llegues al punto de tener miedo de ser joven y que el Estado llame
homicidios colectivos a la muerte violenta de ciudadanos y líderes sociales, ¡es una infamia!, lo correcto sería llamarlo una masacre. Así que lo que podemos inferir de vivir en Colombia, es que lamentablemente los ricos tienen el poder y el Estado solo los escucha a ellos, y nosotros como pueblo, como estudiantes, no tenemos muchas opciones de ser escuchados, entonces nuestra única salida es luchar para ser escuchados.
Y si se suprimieran nuestras autoridades con sus excesos en abuso y corrupción, ¿estaríamos preparados para asumir la libertad?, ¿la humanidad está lista para la anarquía?
EL PODER DE LA ANARQUÍA EN MI PAÍS
Lenny Yulieth Rozo Ramírez
Estudiante del grado 1006
Según mi criterio, en Colombia el anarquismo sólo es el pensamiento que toman algunas personas cuando creen tener la libertad de hacerlo, ya que nuestro país está regido por el Estado y sus decisiones.
Los ciudadanos somos controlados mediante leyes, presencia de autoridad y toma de decisiones de políticos y del Presidente de la Republica. Si actuáramos con plena libertad, sin una clase dirigente, no tendríamos que soportar los interminables casos de corrupción. En nuestra democracia elegimos a alguien pensando que defenderá nuestros intereses, sin embargo, nos damos cuenta que muchas veces lo que prometen nunca lo cumplen.
Si nuestra sociedad tuviese un pensamiento anarquista se fomentaría el respeto mutuo entre personas, la colaboración y se eliminarían las injusticias que se viven día a día; aunque no sería fácil que una sociedad se rija por sí misma, con autonomía, sin controles, debido a que hay personas con pensamientos y actos que no ayudarían, produciendo destrucción.
La anarquía entonces es una utopía. Es allí cuando nos damos cuenta que es necesario tener algunas normas, por esto pienso que nuestro gobierno debería crear mayores espacios o formas para que los ciudadanos pudiéramos expresar nuestras inconformidades, peticiones y verdaderamente las tomara en cuenta, así, a la hora de tomar decisiones no nos afectara, sino que se atendieran para nuestro bienestar y nos brindaran mayores oportunidades.