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DETENERSE

 

Chelssie Sofía Suárez Álvarez

Estudiante del grado 805

 

Siento todo a mí alrededor, desespero, angustia, dolor, enojo, indignación. Veo lágrimas caer por el rostro de tantas personas, me quedo inmóvil y simplemente observo. Si observamos nos damos cuenta de los pequeños detalles como las líneas más pequeñas que tenemos en las manos. Si nos detenemos un momento podemos darnos cuenta de tantas cosas. A veces se nos olvida pensar, a veces solo corremos sin mirar a dónde vamos. Una gripe nos encierra en casa y solo ahí nos damos cuenta que éramos felices, que lo teníamos. La humanidad se perdió en su propio ego, en su codicia por el poder y su castigo fue impuesto la naturaleza.

 

Reconocer. Nadie se detiene a ver los pequeños detalles, no sabemos apreciar, no teníamos paredes y ahora estamos encerrados entre cuatro. Ni siquiera nos detenemos a ver nuestros propios detalles, aquellos que nos hacen únicos, los que nos hacen ser quienes somos. Nos perdemos a nosotros mismos, se oculta la mejor parte de nosotros y perdemos el control de todo lo que conocemos y de lo que tenemos el control, hasta de nosotros, pero seguimos ahí intentando encontrarnos, intentando brillar y siempre intentando ser mejores (algunos), aun así perdemos por no apreciar, solo apreciamos las cosas cuando ya no están y está mal porque de nada sirve apreciar algo cuando ya no está. Nada en la vida es eterno, nada y eso está claro, eso me da esperanza de que todo lo que en el mundo está pasando se acabará, puede durar mucho tiempo pero tendrá su fin.

 

Aprender. Cada persona tiene sus problemas, que nos afecta y en ocasiones nos destruye, sufrimos pero aprendemos. Todo enseña algo, no nos damos cuenta al instante pero sucede, y esa enseñanza nos queda para toda la vida, es algo que no se borra y que servirá en alguna ocasión. Las personas son la mayor fuente de enseñanza, ellas llegan y siempre se van en algún momento, pero te dejan algo aprendido, porque las personas llegan para enseñarte algo y al final te dejan experiencias, risas… Recuerdos.

 

Aplicar. Dicen que después de la tormenta viene la calma, y es verdad, en algún punto el dolor desaparece, pero los recuerdos viven y la enseñanza también. Muchas veces damos consejos a otras personas, consejos que nos sirven a nosotros pero que no aplicamos, sabemos lo que tenemos que hacer pero no lo hacemos. Cuando necesitamos un cambio es importante cambiar porque da un nuevo aire, trae nuevas puertas y cada vez que abrimos una nos enfrentamos a tomar decisiones y de esas decisiones dependerá que podamos llegar hasta la siguiente puerta, porque aquellas puertas con oportunidades nunca se acaban.

 

Si nos detenemos a observar nuestro país, nos daríamos cuenta de que el futuro no lo hace el destino, lo hacemos nosotros. Si nos detenemos a observar, nos damos cuenta de cuan injustas son las personas, nos damos cuenta que a las personas no se les puede otorgar poder porque abusan de él y si no lo usan para algo bueno entonces ¿Para qué dárselo? La humanidad está tan centrada en ganar, en el poder, que no se detienen a observar que realmente están perdiendo ¡porque pierden vidas!

 

Siempre que pensamos en que no hay salida, no pensamos bien porque siempre la hay. Hay luz en la oscuridad, hay maldad en lo bueno, hay algo bueno en lo malo y sobre todo siempre hay más, mucho más de lo que creemos o esperamos.

 

Nos dejamos llevar, no pensamos. Siempre vamos a fallar, es normal pero después de intentar, fracasar y aprender, lo logramos. Hay que agradecer y aprovechar las cosas que tenemos y las personas que están con nosotros porque si algo bien se es que nunca sabemos cuándo vamos a ver por última vez a esa persona, en cualquier momento se va de esta vida y no hay nada que hacer más que… Seguir. Detenerse a apreciar las cosas y personas que tenemos es de lo más lindo que hay porque en ese momento uno sabe que está bien, que no está solo.

 

Sentir esos pequeños detalles como el sonido del silencio ¿No es hermoso estar en silencio de vez en cuando? Solo con nosotros. A veces nos preocupamos tanto por cosas sin sentido que olvidamos nuestras prioridades y lo que realmente importa. Este tiempo en casa debe tener algo bueno, encontremos quienes somos, amémonos tal cual somos con esos pequeños detalles únicos, pasemos tiempo con nosotros para no perdernos y seguir brillando.

 

Una vez le dije a una persona que no necesitamos de nadie más que a nosotros mismos por eso es tan importante amarnos, confiar en nosotros y cuidarnos, claro, es importante también amar a la familia, pero primero estamos nosotros, porque si no nos tenemos a nosotros mismos ¿Cómo vamos a amar?. Acostada en mi cama, mirando al techo, deteniéndome a pensar en todo lo que a mi alrededor ocurre, solo pienso en amar todo lo que más pueda, amar a mi familia, amar el arte, amar el mundo pero sobre todo amarme a mí.

 

Ahora mira que hay a tu alrededor, dile a esa persona cuanto la quieres, abraza a tu familia y a los que no puedas abrazar guárdalos en tu corazón y ámalos. Reconoce tus problemas, aprende de ellos y aplica lo que has aprendido. Tómate un tiempo para estar contigo, conectarte con lo que eres y con los que quieres. No olvidemos que nada es eterno, es decir que la pandemia se acabará y podremos seguir con nuestra vida, siempre recordando todo lo que esta pandemia nos enseñó.

 

Detente, observa, siente y ama.

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