LA PANDEMIA EN LOS GONZÁLEZ
Sebastián González
Estudiante del grado 1004
En esta pandemia pudimos valorar todo, las personas, las cosas, la comida, y nos dimos cuenta que a pesar de llegar a tener todo el dinero del mundo, ¿de qué nos va a servir? podemos tener carro, casas, fincas, dinero y simplemente ¿para qué? Ver como la población se va muriendo, ver a nuestras familias alejadas, jamás pusimos atención a nuestras familias y cosas importantes. ¿Cómo saber si podemos salir ilesos de eso? De una muerte, estar gravemente enfermos... Estuvimos tan alejados de personas que no llegamos a imaginar que esto nos podía pasar a nosotros; eso nos ayuda a reflexionar que todo ese dinero, ropa, joyas, cosas materiales, viajes, etc. en realidad no sirven de mucho. Realmente toca aprender a valorar lo que podemos tener como: Nuestra familia, muchas cosas, que no habíamos valorado antes pensando que íbamos a tener todo el tiempo del mundo sin saber que en esta pandemia podríamos haber muerto, y arrepentirnos de no dar ese abrazo, ese beso, decir lo que queríamos por decir “Tengo todo el tiempo” eh y no, no es así, debemos entender que esto es algo bueno, saber que nos damos cuenta que los animales al principio de esto podían salir libres, que estaban escondidos de la sociedad, y ahora nosotros solo nos escondíamos de un virus que mata a ricos, pobres, blancos, de piel negra, jóvenes, viejos, niños.
Esto nos da entender que solo somos algo tan mínimo en este mundo, tal vez para esas personas cercanas si lo somos casi todo, pero realmente somos algo tan mínimo, sólo somos personas llenando de plata a los gobernantes con impuestos, somos sólo personas que las llenan de plata, nada más que eso no somos nada.
Esto nos debe hacer entender que debemos valorar la vida y a las personas que tenemos al lado, no sabemos el día que ellos falten o nosotros, no somos inmunes, somos humanos, personas, y no por tener dinero la gente es mejor o peor, al final vamos a morir, solo nos llevaremos nuestros recuerdos, lo bueno que vivimos y lo que jamás hicimos, no debemos tener miedo a vivir, la vida solo es una, hay que saber que vivirla, disfrutarla, pero tampoco echarla a la basura por malas acciones, debemos ser buenas personas, ayudar, tener valores y saber que hay alguien en quien confiar, amar y ese alguien eres “tú mismo, somos nuestra propia ancla”, nosotros debemos mantenernos en tierra, o sea, entender la vida, no llevarla a la ligera pero tampoco muy fuerte, entender y aprender de nuestros errores. Aprendamos a vivir, a amar, a disfrutar sin tener que dañarnos, y sin tener que dañar a las personas, animales, plantas, etc.
Esta pandemia nos hizo entender tantas cosas, a valorar a las personas que han estado ahí con nosotros desde el principio. Nos ayudó saber cómo somos de verdad, a líbranos de reglas y poder ser nosotros mismos.
----Rafael González
En este año 2020 hemos pasado por un montón de hechos catastróficos, peligrosos, tristes, etc. En el mes de marzo llego el Coronavirus (Covid-19), aquí a Colombia. Esto causó el encierro, la cuarentena, el aislamiento, el alejamiento de todo y de todos por cuidados importantes y evitar el contagio de dicho virus.
Muchas personas han tenido que ir a trabajar, sea en su trabajo fijo o sus trabajos rebuscados, pero aunque haya una pandemia azotando el país, y un virus amenazando su salud, no dejaron de trabajar por la necesidad de obtener el dinero para sus hogares, sus hijos y sus familias.
Yo hago parte de la comunidad de estudiantes que comenzamos a estudiar de manera virtual, para muchos una forma fácil, para otros una manera excesivamente complicada, pero era (aún es) la medida necesaria para prevenir el contagio de dicho virus amenazante. El estudio virtual, al igual que todas las cosas en la vida, fue solo cuestión de costumbre, de aprender a manejar las diferentes aplicaciones y los diferentes métodos de estudio que se necesitan para esta fase de aprendizaje.
Muchas familias se quedaron sin empleo y perdieron bastantes ingresos gracias a que la pandemia azotó con negocios independientes, almacenes, centros comerciales, cines, restaurantes, etc. Muchas personas viven de sus negocios y al cerrarlos como medida preventiva perdieron su empleo. El gobierno se puede decir que ha dado ciertas ayudas a algunas personas, con mercados y bonos, pero claro está, que estas ayudas no fueron para todos, siguen existiendo muchas familias con grandes necesidades en las que el gobierno ni siquiera se fijó.
Comenzó la etapa en la que únicamente se salía por la estricta necesidad de hacerlo, para el resto, era un encierro total. A nosotros los estudiantes, menores de edad, adultos mayores y personas que sufren de alguna enfermedad nos mantuvieron en cuarentena estricta durante casi 3 meses. Durante ese tiempo de encierro pudimos hacer mil cosas, entre ellas acostumbrarnos a las nuevas actividades virtuales y muchos otros hobbies, como el ejercicio, la música, el baile, la lectura y muchas otras cosas más. Una de las cosas positivas que le encuentro a esta dura situación ha sido el manejo que se la ha dado a los animales, a la mayoría de animales que se veían caminando por la calle, los llevaron a refugios y muchísimas personas durante la cuarentena se dieron la oportunidad de compartir tanto en familia que tomaron la decisión de adoptar alguna mascota, creo yo que los animales y el ambiente están muy agradecidos con todo lo sucedido, aunque este causando muchísimos problemas en general, los ha ayudado en cantidades inmensas a ellos. A pesar de cada problema económico y de cada muerte que ha habido en los últimos meses, definitivamente nos ha ayudado como personas, como familia, como amigos, nos ha servido para conocer a las personas con las que vivimos, a ver eso en nosotros mismos que no veíamos por estar todo el día en mil cosas más, aprendimos a tener en nuestras vidas únicamente a las personas que lo valen.
---Johan González
Es increíble creer como el mundo pudo haber cambiado en un abrir y cerrar de ojos, recordar aquel viernes 20 de marzo, despidiéndonos de nuestros compañeros sin pensar que sería el último día que los veríamos, desde aquel 25 de marzo, la vida de muchas personas cambió, la llegada de este virus y no era cualquiera virus, es un virus capaz de matarnos, la gente en el mundo entró en alerta sanitaria, algo que nadie esperaba ni se llegaría a imaginar vivir, una situación que ninguna persona está preparada para afrontar. Con la llegada de este virus, Colombia decreta cuarentena y el país entero se resguarda, asustados, sin saber que será el día de mañana o como terminará esto, familias enteras que quizás no pasaban mucho tiempo juntos ahora obligados a convivir en cuatro paredes sin poder salir por miedo a perder la vida, escuchando por los medios como se moría cada vez más y más personas, aumentaban las cifras y con ello el pánico, algunas personas fueron obligadas a seguir trabajando, ya que primero era prioridad llevar el sustento a la casa, llegar a ver a tus padres con un tapabocas, guantes y que lo primero que hacía era llegar a bañarse, cosa a la que no estábamos acostumbrados, aprendimos a ser más higiénicos ya que de eso dependía nuestras vidas y la de nuestros seres queridos, de esto se trataba la cuarenta. Recordar la primera vez que salimos a la calle en este estado sanitario, sentir raro al ver a todo el mundo detrás de un tapabocas, tan poca gente en la calle y pensar, ¿Cuándo terminará esto? Algunas personas solo esperaban cada 15 días el anhelo que el gobierno quitara la cuarentena pero pasaba lo contrario, el fastidio de encender el televisor y no poder encontrar noticias que no tuvieran que ver con el COVID-19 en verdad era fastidioso, ver como el tiempo pasaba cada vez más y más rápido y algunas personas ya cansadas empiezan a salir sea por dificultades económicas y no tener como llevar un sustento a la casa y pensar, "me mata el virus o se me muere mi familia de hambre", no para todo el mundo fue cómodo estar en la estadía de la casa, familias que el sustento lo podían hacer llegar a diario ahora no podían por no poder salir, muchas situaciones que han cambiado al mundo y con eso a la mayoría nuestra manera de pensar.
---Sebastián González